Fundamentos básicos en insonorización

Antes de llevar a cabo un tratamiento acústico es de vital importancia conocer los factores o fundamentos en los que se basa el aislamiento acústico para poder alcanzar los mejores resultados.

En primer lugar, tenemos que diferenciar entre los distintos tipos de ruidos que pueden llegar a nuestra vivienda. La transmisión del sonido se puede dar por: VÍA AÉREA y VÍA ESTRUCTURAL.

  • VÍA AÉREA: como su mismo nombre indica, es el sonido que se transmite a través del aire, ya sea a través de paredes, forjados y suelos, es decir, son aquellos ruidos que pasan directamente por medio de las particiones. Ejemplos de ruidos de este tipo son las conversaciones de los vecinos o el sonido de su TV a través de las paredes o el ruido del tráfico a través de las ventanas y paredes.
  • VÍA ESTRUCTURAL: son aquellos que se trasmiten por RUIDO DE IMPACTO o por FLANCOS. 

– Entendemos por ruido de impacto, aquel que tiene su origen en una excitación directa (por golpeo o rozamiento) de la edificación. Ejemplo de este ruido son las pisadas, el taconeo, arrastrar muebles, jugar con una pelota, el cierre de las puertas, ruido de ascensores o puertas de garaje, etc. En realidad, son los ruidos más molestos y también los más difíciles de atenuar..

– Y entendemos por flancos aquellas vibraciones longitudinales que son radiadas al recinto receptor. Un ruido aéreo puede provocar vibraciones en la estructura, y estas se pueden transmitir a otros recintos. Es lo que llamamos excitación aérea o estructural.

Si solo realizamos un aislamiento donde controlemos la transmisión aérea, la transmisión estructural va a permitir que los ruidos sigan llegando a nuestra vivienda. Por tanto, estaríamos consiguiendo un aislamiento ineficiente.

Una vez identificados los diferentes tipos de ruidos es fundamental conocer el aislamiento acústico que tenemos que llevar a cabo para evitar estas molestias. Este aislamiento además tiene la ventaja de que va a evitar igualmente que el ruido que nosotros generamos salga hacia el exterior, con lo que ganaremos en intimidad, y además también nos va a aportar mejoras térmicas, lo que se traduce en ahorro energético. Por tanto, está más que justificado invertir en aislamiento, lo que conlleva que nuestra vivienda se revalorice.

Generalmente, la instalación de este tipo de aislamiento implica que perdamos en nuestra vivienda algo de espacio útil o aprovechable, por eso, es prioritario escoger un sistema que use el menor espacio posible y aísle de forma eficiente. 

Sin duda se trata de una elección difícil, tenemos que ser conscientes que es el sistema en su conjunto el que nos va a permitir obtener dichos resultados. Es decir, que es la suma de todos los materiales (en su conjunto) la que nos proporcionará la eficacia buscada.

Conocer los factores que inciden en el aislamiento acústico nos ayudará a elegir cada uno de dichos materiales. El factor masa nos ofrece resistencia a la onda sonora y es aportado por las placas de yeso (aprox. 800 kg/m³) y por las láminas bituminosas (aprox. 1.600 kg/m³) que se colocan entre las placas. El factor rigidez es aportado por una estructura de acero galvanizado. El factor estanqueidad lo añaden las bandas acústicas colocadas alrededor del perímetro del sistema. El factor de absorción acústica es aportado por las lanas de roca, lanas minerales, fibras de poliéster, etc. El factor de elasticidad lo aportan los amortiguadores acústicos. El factor espacio también es fundamental, ya que, a mayor grosor mayor aislamiento. Y, por último, y no menos importante, es el factor ejecución (mano de obra), puesto que una correcta instalación, junto con el empleo de materiales de calidad, será determinante para lograr los mejores resultados acústicos. 

Respecto al factor de absorción acústica recomendamos utilizar materiales con densidades entre 15 y 35 kg/m³, es decir, materiales que no sean muy densos, puesto que el material debe de ser poroso para que la onda del sonido penetre en los materiales y el rozamiento convierta la energía de ruido en energía calorífica.

Y, respecto a los amortiguadores acústicos (anti vibratorios), la elección de estos nos indicará el tipo de estructura (perfiles) de metal a utilizar. SENOR, además, siendo conocedor de que el espacio es un hándicap en construcción ha desarrollado la gama de amortiguadores FTD, la cual permite realizar trasdosados y techos acústicos directos en el menor espacio posible y obteniendo resultados excelentes.

Una vez llevado a cabo el aislamiento podremos sentir o apreciar el CONFORT ACÚSTICO, lo que permitirá nuestro descanso, reducirá nuestro estrés, aumentará nuestra percepción de bienestar y evitará la fatiga mental y física.

Departamento Técnico SENOR
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